domingo, 1 de marzo de 2015

El Tequio: tu tiempo para la Comunidad.



Siempre me ha parecido digno de estudio y de admiración el trabajo realizado por los pueblos en la búsqueda común de la superación y de la mejora  de las condiciones de vida. Este trabajo se ha dado en muchos lugares del mundo a lo largo de la historia, aunque hoy voy a hablar del llamado Tequio.

La palabra Tequio viene del Náhuatl, lengua utoazteca que hablaban un grupo de pueblos indígenas de Mesoamérica (principalmente México). Para entendernos, el término viene a significar “trabajo o faena que todo individuo debe a la Comunidad por el hecho de pertenecer a ella”.  Tan ancestral es el término como la acción humana de ayudar y de formar parte de un proyecto común.

El tequio además de una costumbre era pieza fundamental de la estructura social de la época, haciendo que, además de conseguir un objetivo común, el individuo conviviera y se integrara con el resto. Entonces era, principalmente, una tarea de reconstrucción de caminos, santuarios y todo aquello que pudiera repercutir en el bienestar general. Era un deber del individuo para con el pueblo y así se asumía. Estaba lejos de ser una pesada obligación. Lo lógico y normal era participar en este intercambio  de labores.

Pero llegaron los señores conquistadores, con sus tan buenas y conocidas formas, y enseguida apreciaron en todo aquel engranaje un buen filón. Ahora iban a ser los vejados indígenas de la zona los que bajo su mandato realizaran trabajos forzosos gratuitamente, una especie de impuesto obligatorio del que nadie estaba a salvo. De esta forma garantizaban mano de obra gratis, sumisa y rápida en el nuevo territorio en el que acababan de desembarcar. Vamos, lo que ha sido la esclavitud de toda la vida.

Actualmente, el Tequio sigue formando parte de muchos pueblos de Iberoamérica, obviamente con las diferencias lógicas que ha marcado el tiempo, desde el abanico de tareas que se abarcan y el tiempo de dedicación, hasta la voluntariedad . De hecho, en Constituciones de algunos Estados, como en la de Oaxaca en su artículo 12, se le nombra: “…Las autoridades de los Municipios y Comunidades preservarán el Tequio como expresión de solidaridad según los usos de cada Pueblo y Comunidad indígenas. Los Tequios encaminados a la realización de obras de beneficio común, derivados de acuerdos de las asambleas, de las autoridades municipales y de las comunitarias de cada Pueblo y Comunidad indígena, podrán ser considerados por la Ley como pago de contribuciones municipales; La Ley determinará las autoridades y procedimientos tendientes a resolver las controversias que se susciten con motivo de la prestación del Tequio.”

A día de hoy, el Tequio es un derecho y deber social en el que las personas que participan adquieren cierto reconocimiento moral entre el pueblo. Es considerar la vida desde un punto de vista altruista, comunitario e integrador. La unión y la fuerza de los pueblos. Es beneficiar a los de ahora y a los que vendrán después, igual que nosotros hemos sacado partido de luchas ya pasadas. Porque, aunque se nos olvide con frecuencia, somos parte de una comunidad y eso significa algo. 

































1 comentario:

  1. Siempre sorprendes con tus conocimientos sobre Sudamérica. Es bastante interesante que exista incluso un término para denominar a este tipo de actividades. Supongo que es un claro ejemplo de cuan enraizado está el concepto de comunidad en estos lugares.
    Saludos y sigue así. Se echaba de menos poder leerte.

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